MI CHINITA
A eso de las siete de la tarde partí, hacia el pueblo de Ayquina, que se encuentra a unos 90 kilometros de la ciudad de Calama, chiquito, hermoso, en pleno desierto, con un valle que rompe la monótona gama de colores y tonalidadaes café, con el rio pasando pasivamente, alberga en su simplesa a la chinita de Ayquina, La Virgen Guadalupe de Ayquina, que en el dia de su cumpleaños, el 8 de septiembre, recibe a miles de invitados, que van a cumplir la visita prometida, que se sacrifican caminando para llegar, solo a verla y darle las gracias, que hacen colas interminables solo para desearle un feliz cumpleaños, y agradecer por lo pedido en años anteriores o solo verla, que por lo menos eso a mi me basta.
Nuestra historia se remonta ya hace muchos años, cuando un dia la descubrí, y siendo mariana de formación y luego ya consiente, con todo mi corazón, le entregué mi devoción, caminé por ella dos años, y las dos me dejó llegar, para encontrarme con ella y saber que se estaba en la casa, en el hogar, y que a pesar del sacrificio de caminar un dia y medio por pleno desierto, con frio en la noche y calor en el día , con sed y cansancio, el solo verla a la entrada de la iglesia, con su brazos abiertos bastaba, para sentir una paz interna que sólo allá he logrado conseguir.
Es logico que con los años y la universidad, no pudiera cumplir fielmente con mi visita cada año, dejandome cada dos o tres años ir a visitarla y darle el feliz cumpleaños, y este año fue uno de ellos, un dia recordé, vi el calendario, podía ir, y lo hice, por que cuando esta la posibilidad, tengo que ir a verla.
Partí en la tarde para esperar las doce de la noche allá, con el alba, cuando comienza la fiesta, una luna llena, hermosa, nos acompañó todo el viaje, yo no la veía desde ya casi tres o cuatro años, y la ansiedad era enorme, cuando luego de una hora y media de recorrido, comienzo a escuchar los bombos, los bronces, la música que me alegra el espiritu.
En la entrada, bailando a la luz de la luna rodeando una fogata esta la diablada, bailando sin parar y tras nosotros una larga filas de autos , buses, micros, llenos de gente que venía a saludar.
Cuando comenzé a caminar en dirección de la iglesia ya estaba nerviosa, bailes por todos lados, música en todos los rincones, todos preparando la fiesta, muy abrigados todos, aunque el frio ya no se sentía, con tanta ansiedad.
Cuando me acerco, a la plaza, donde estaban bailes religiosos cumpliendo con sus respectivos turnos, la vi...
Y como siempre me estaba esperando con los brazos abiertos, al hacer la fila para acercarme a saludar, una señora que bailaba en una morenada, muy contenta nos dice " paciencia, la mamita nos espera a todos, ya van a llegar", esperé y me encontré con mi chinita, la salude, le agredecí, y como hacía tiempo no pasaba, me sentí en mi casa, contenta, tranquila, completa, satisfecha, ya no me quejé, ya no había problemas, sino que posibles soluciones, ya no había penas, habia agradecimiento por todo lo dado, por cada logro, por cada momento de cordura que me ayudaba a llegar donde estoy.
Esperando ya las doce de la noche, todos ansiosos, mucha gente, todos fuera de la iglesia, esperando para que saliera, cuando fueron las doce y dieron la orden, apagaron todas las luces y sólo a ella se le iluminaba, la sacaron al hombro los caporales de cada baile , comenzaron a tocar los pitos y a sonas las matracas, las bandas de bronce tocaban sus canciones y caian petalos de flores sobre ella, todo contentos, todos en fiesta, y yo mirando desde cerca, emocionada, dandole gracias a mi china por invitarme a un nuevo cumpleaños.
Al dia siguiente volví por el día, y me despedí, se que el proximo año también podré volver , por que la chinita simpre nos espera.
Son cuestiones de fe, que quizas muchos no comparten, pero el amor, el sacrificio, la dedicación de cada uno de quienes participan en la fiesta, que bailan toda la noche, que acminan para llegar entre otras cosas, son cualidades que valoro, y que no se ven todos los dias...
Son puro corazón